El juicio de un individuo ocurre durante el tiempo de su oportunidad de salvación. Comenzando cuando Dios abre la mente del individuo para entender los caminos de Dios, el juicio pues continua por el resto de su vida, y las consecuencias son eternas, Dios mira el corazón de la persona, y la juzga con misericordia basado en la actitud que demuestra, en el conocimiento de Dios y su aplicación de lo que entiende, y su relación personal con el Padre e Hijo. Basado en este juicio Dios determina quien estará en su Familia. La vasta mayoría de la humanidad recibirá el don de la vida eterna, y solo unos pocos que deliberada e intencionalmente rechazan la salvación de Dios no estarán. El juicio está dividido en tres periodos generales: desde Adán hasta el retorno de Jesucristo, los mil años del reinado de Jesucristo en la tierra, y el periodo que le sigue al Milenio cuando todos aquellos que no han recibido una oportunidad de salvación serán resucitados a una vida física.

Hebreos 6:2; I Samuel 16:7; Hebreos 9:27; 10:26-27; I Pedro 4:17; Romanos 2:16; Hechos 10:42; Juan 5:26-30; Romanos 14:10-12; II Corintios 5:10; Mateo 11:20-24; 12:41-42; Ezequiel 37:12-14; Apocalipsis 20:5-6, 11-14.