Jesús de Nazaret es el Dios del Antiguo Testamento, el Cristo, Dios encarnado, El Mesías profetizado, el Salvador de la humanidad. Existe eternamente con el Padre, todas las cosas fueron creadas a través de Él y para Él. Antes de su nacimiento humano, se reveló a sí mismo a los patriarcas como “El Eterno” (YHWH) y por otra variedad de nombres. Despojándose de su majestad y sus funciones y llegar a ser un hombre al nacer de la virgen María. A pesar de ser tentado en todo tal como nosotros somos tentados. Él vivió a través de toda su vida sin cometer pecado, dándose a sí mismo para ser crucificado como la perfecta expiación por las transgresiones de la Ley de Dios por la humanidad, después de tres días y tres noches en el sepulcro, fue resucitado como un divino Ser espiritual ascendiendo a la mano derecha del Padre celestial, viniendo a ser nuestro Sumo Sacerdote, Defensor y Mediador delante del Padre, como tal, Él es técnicamente el Dador del Espíritu Santo. Él es ahora la Cabeza de la iglesia, y volverá pronto como Rey de reyes Y Señor de señores a establecer el Reino de Dios en la tierra, compartiendo Su reinado con sus hermanos y hermanas que han sido resucitados.

Juan 1:1-3, 10, 14, 29-36; 8:53-58; Colosenses 1:13-20; Juan 3:16; Romanos 5:8-9; Hechos 2:33-35; Juan 15:26; 16:7; Efesios 4:7-8; I Juan 2:1-2; Hebreos 1:1-4; 2:9-14; 4:14-16; 9:11-15; Efesios 1:19-23; Filipenses 2:5-7; Mateo 12:40; I Tesalonicenses 4:16; Apocalipsis 5:9-10; 11:15; 19:11-16.