Dios el Padre es el Soberano absoluto del universo. Él es el objetivo y foco de nuestra adoración y el Ser a quien sus hijos oran. Él envió a Jesucristo a la tierra y le instruyo lo que dijera e hiciera. El propósito del Padre es reconciliar su creación consigo mismo y traer muchos hijos a la gloria. Él lleva a cabo su voluntad a través del Espíritu Santo por el cual Él llama, regenera, y por medio del proceso de conversión, transforma a sus nuevos hijos en Su imagen y en Su gloria a través de una resurrección. Él está directamente envuelto en la vida de cada uno de los que Él llama, e imparte Su carácter Santo a quienes se rinden a Él.

Salmos 110:1; Daniel 7:9-14; Mateo 11:27; Juan 1:1-2; 5:17, 20, 22-23, 36-37, 43; 6:44; 8:27-29, 38; 10:18, 29; 12:50; 14:8-9, 28; 16:27; 17:5, 20-21; I Corintios 15:24-28; Efesios 3:14-15; 4:4-6; Hebreos 1:1-2; 2:3-9; Apocalipsis 21:22-23; 22:1, 3