Las leyes de Dios son expresiones escritas del carácter, mente y voluntad de Dios para Su pueblo. Ellas aparecen en los dos Antiguo y Nuevo Testamentos, ensenándonos como amar y como adorar a Dios, como amar al prójimo y como prepararnos para la vida eterna en la Familia de Dios. Cubriendo ambas, acciones físicas y motivaciones espirituales. Los Diez Mandamientos fueron dados directamente por Dios, codificados por Moisés y magnificados y ratificados por Jesucristo. Es una ley spiritual perfecta, está siempre en vigor sin importar si uno lo sabe o lo ignora. Obediencia a ella trae bendiciones; desobediencia trae maldiciones. Transgredir la Ley es pecado e incurre la pena de muerte. Guardando la Ley de Dios de esta manera, mostrando sumisión al gobierno de Dios, es una condición para la vida eterna.

Salmos 19:7-11; Romanos 7:7-12, 14; Éxodos 20:1-17; Salmos 119:172; Juan 15:14; I Juan 2:2-3; 5:2-3; Mateo 22:36-40; Isaías 42:21; Mateo 5:17-32; 19:17; Deuteronomio 30:15-20; 28:1-15; I Juan 3:4; Apocalipsis 22:14.